Fundación Comunitaria de Saneamiento intercambia alimentos por basura reciclable
SANTO DOMINGO. Carolina Ventura Ramírez, la coordinadora del Programa de Reciclaje de Funsaco, es toda una celebridad entre los habitantes a orillas del río Ozama en el barrio Gualey. “¡Llegó la gente de los potes!”, exclama un adolescente con porte de adulto.
Los moradores casi la acorralan. “Tú no me diste saco la semana pasada”, le sorprende uno. “Yo tengo la casa llena de potes (plásticos PET)”, dice otra. “Yo quiero apuntarme también”, grita una joven preñada. En los terrenos creados por los rellenos de la Opret hay dos montañas de las pequeñas botellas plásticas. La práctica apenas lleva tres meses de incorporación.
La Fundación de Saneamiento Ambiental Comunitario (Funsaco) ha motivado a toda una comunidad que, de otra manera, estuviera ociosa, a trabajar con desperdicios reciclables. Los actores que están participando en esta recolección superan los 130, tomando en cuenta los asalariados de Funsaco y los habitantes de los barrios.
“Y todas las semanas se suman seis y cinco por barrio”, dice Ventura Ramírez. Además de Gualey, en el Simón Bolívar, otro barrio donde opera Funsaco, hay un sistema establecido con amas de casa y negocios, lo que facilita la recolección, y en Capotillo la presencia es tímida.
Lo cierto es, que difícilmente un plástico pueda traspasar las cañadas, y las empinadas calles de Simón Bolívar y Gualey o la ribera del río Ozama sin ser capturado por las decenas de estos empobrecidos, pero innovadores habitantes.
Los ingresos van desde varios cientos de pesos, a un par de miles por mes. O mejor aún, pueden intercambiar la basura recogida por un saco de 25 libras de arroz, unas latas de sardinas, huevos, aceite para cocinar y habichuelas. Productos que son adquiridos por Funsaco directamente.
Esta última práctica ha sido asumida por los empleados asalariados de Funsaco que recolectan basura. Los que también clasifican desperdicios durante sus viajes en los camiones alrededor de los barrios. Y de a poco gana adeptos entre los habitantes de Gualey y el Simón Bolívar.
Ventura Ramírez admite a regañadientes que la razón de la comida por basura se debe, entre otras cosas, al retraso en los pagos del Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN). Los empleados se quejaban de que por el atraso en los pagos, tenían que tomar prestados a los colmados, y una vez cobraban traspasaban lo poco que ingresaban. Ahora tienen un rejuego.
Maritza Pinales, considerada entre las mujeres de Gualey como una ‘campeona’ de la recolección de desperdicios plásticos, adquirió un saco de 25 libras de arroz que envió a su madre. Lo mejor es que el valor no será descontado de inmediato de la próxima entrega, si no en partidas.
Funsaco paga a los moradores tres pesos por libra de plástico limpia y empacada. Cada quince días adquieren alrededor de 2,600 libras de plásticos diversos.
Cooperativa
A partir de enero, Funsaco asumió un modelo de cooperativa que ha permitido financiar dos yolas y dos triciclos a los recolectores de desperdicios. Esto, a partir del cobro de 50 centavos por cada libra de desperdicios. Aquiles Morel (a) Matatán, es uno de los beneficiarios del modelo de cooperativa con una de las yolas financiadas. En ella, cruza pasajeros entre Los Tres Brazos y Gualey, y recolecta plásticos del río.
Funsaco, pertenece a las fundaciones comunitarias recolectoras de desperdicios del Distrito Nacional, las que iniciarán la instalación de una planta de reciclaje patrocinada por la fundación PepsiCo.Sólo plásticos
La iniciativa, aunque provechosa, no incluye materiales como cartón, aluminio, vidrios y otros materiales potencialmente reciclables. Es evidente en Gualey y el barrio 24 de Abril la atención que los propios moradores han dado a estos desperdicios. No a los demás. Donde la basura provocada por fundas plásticas y otros, llega a las cañadas, sin ningún pare. Los niños interesados en incursionar a la recolección preguntan si otros materiales también pueden ser recogidos.
FUENTE: Diario Libre 22/05/2013, 12:00 AM